Ensayo: Una intervención orientadora sin fronteras

Una intervención orientadora sin fronteras
Por: Beltrán Seco Villalobos

INTRODUCCIÓN
La sociedad debe garantizar el derecho de todas las personas a recibir una educación de calidad independientemente de sus condiciones físicas, psicológicas, sociales, culturales u otras.
Las instituciones educativas, y en concreto los y las profesionales en Orientación, tomando como marco de referencia el carácter abierto y flexible del currículum, deberán dar respuestas educativas adecuadas a todo aquel alumnado que presente dificultades para alcanzar los objetivos generales de la educación en las diversas etapas educativas y evolutivas del ser humano.
Los y las Orientadores (as) deben dotarse de los medios que permitan una respuesta pedagógica seria ante las necesidades educativas específicas del alumnado.

DESARROLLO
La atención a la diversidad es una de las áreas de intervención fundamentales del profesional en Orientación. Nosotros como Orientadores somos profesionales formados para ofrecer una ayuda personalizada a las individualidades de cada estudiante y a sus necesidades específicas.
De este modo, el reto principal al que se enfrentan los y las orientadores (as), en relación a las necesidades educativas especiales, consiste en ser capaces de ofrecer a toda la comunidad educativa la ayuda pedagógica y orientadora que cada persona necesita, ajustando y adaptando la intervención a su individualidad.
En este mismo sentido, los y las orientadores (as) tienen el propósito de capacitarse continuamente en aquellas dificultades que se presenten en su contexto laboral, con el fin de atender y abordar más eficazmente las problemáticas que se den con sus estudiantes y los agentes educativos. Además, de conocer distintos recursos institucionales o de otras entidades en relación con las necesidades educativas especiales (NEE), para facilitar una atención integral de los y las estudiantes.
Como profesionales de ayuda, es fundamental realizar una formación continua al equipo docente, con el fin de lograr una mejor atención integral de estos aprendices en el sistema educativo, y lo que es más importante, formar a toda la comunidad educativa (padres, docentes, comunidad) para conseguir una detección preventiva de la discapacidad y de las necesidades educativas especiales que pueda presentar el alumnado.
Desde mi propia experiencia como educador en España y en Costa Rica, he observado el fuerte estrés que sufren muchos de los y las docentes, producto de la falta de recursos y experiencia a la hora de atender a los y las alumnos (as) con NEE. Por ello, es importante que los y las orientadores (as) organicen espacios donde compartan sus experiencias y las dificultades surgidas en el aula en relación al proceso educativo de estos aprendices.
Al igual que lo expresado en el párrafo anterior, estos espacios deben ser también establecidos para los padres y madres de la institución escolar, con el objetivo de sensibilizar sobre las NEE y servir de apoyo a los mismos.
En definitiva, el profesional en Orientación se convierte en una figura de enlace y coordinación entre todos los agentes educativos del centro educativo. Es decir, es un profesional que debe dar una respuesta educativa eficaz y eficiente ante las dificultades que se presenten en la atención de la diversidad y de las necesidades educativas especiales.
Es obvio, que no existe una metodología común en la atención de los y las alumnos (as) con NEE. Sin embargo, desde mi punto de vista, a la hora de trabajar con estos aprendices la metodología debe ser como mínimo:
- Flexible, porque el procesamiento de la información es diferente en cada individuo.
- Motivadora, para que llame su atención y logre sostenerla.
- Estimulante, para que se den respuestas frecuentes.
- Variada, para que no genere una rutina repetitiva.
- Afectiva, para que provoque sensaciones y sentimientos en lo posible positivos.
- Integral, para que involucre distintas dimensiones: cognitiva, social, emocional, autónoma.
- Práctica, para que sea aplicable a otras situaciones.

En relación con las adecuaciones curriculares, ya sean de acceso, no significativas o significativas, los y las orientadores (as) como miembros del equipo educativo de una institución y como profesionales pertenecientes a los diferentes comités del centro (ya sea el de apoyo o el de adecuaciones curriculares) deben velar por el principio de integración educativa de todos los educandos. Por consiguiente, se debe facilitar todos aquellos recursos que necesiten los y las estudiantes para una educación integral y de calidad.
Asimismo, la respuesta educativa a los estudiantes con necesidades educativas especiales debe inscribirse en el continuo general de la respuesta del centro a la diversidad, ya que, por una parte, algunas de las medidas que se requieren son coincidentes con las que se dan a los demás compañeros (la diversidad enriquece el aula y el proceso de enseñanza y aprendizaje) y, por otra parte, la integración en la enseñanza regular de dichos estudiantes se justifica por que dicho contexto y la calidad de las adecuaciones educativas les permite proseguir su desarrollo personal y social.
Con respecto a la planificación del proyecto de vida con alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales, desde la disciplina de la Orientación se abordaría teniendo en cuenta la etapa educativa y evolutiva en que se encuentre el o la estudiante. Así, se interviene teniendo como referente los Programas de Orientación editados y elaborados por el Departamento de Orientación y Vida Estudiantil del Ministerio de Educación Pública.
En el proceso de Orientación de personas con necesidades educativas especiales se deben seguir las mismas líneas de actuación, de autoconocimiento, responsabilidad e independencia que caracterizan a la relación técnica de ayuda en general. Sin embargo, se hace preciso detectar posibles necesidades para que sean atendidas a lo largo del proceso.
En general, todo proceso de Orientación del estudiante con necesidades educativas especiales tiene que partir de las potencialidades, pero no se puede dejar de considerar las barreras u obstáculos reales que pueda traer la discapacidad o NEE de cada uno, con el fin de hacer adaptaciones y adecuaciones necesarias para que la elaboración y planificación de su proyecto de vida sea realista y satisfactorio a corto y largo plazo.
La atención al contexto familiar es un factor fundamental a tener presente en el proceso de Orientación, especialmente a nivel vocacional, por las implicaciones de dependencia y apoyo que pueda exigir la realización y organización de proyectos de vida.
La atención individualizada es prioritaria con aprendices con necesidades educativas especiales, ya que sirve de complemento a la atención grupal y es donde se refuerzan las características positivas y se fortalece y se aborda las áreas menos desarrolladas, siempre ofreciendo alternativas reales y objetivas a su necesidad específica.
En toda acción que se lleve a cabo en Orientación se debe tener en cuenta el principio de Igualdad de Oportunidades, donde la intervención se encamine a la participación efectiva y real del estudiante con NEE. Se asume que el proceso de Orientación facilita la culminación del proyecto de vida del individuo, y por tanto la participación va a ser un elemento fundamental para la construcción de éste.
Desde el punto de vista de la Orientación, el profesional debe dotarse de programas y/o herramientas que sean útiles para ser utilizados con las personas con necesidades educativas especiales, y tomar conciencia que en muchas ocasiones las intervenciones individualizadas serán fundamentales para que se puedan tener mayores garantías de éxito.
Para finalizar, es importante volver a retomar que para que un proceso de Orientación para la planificación del proyecto de vida se lleve con garantías es preciso detectar las necesidades que para cada caso concreto sea necesario cubrir, ya sea mejora de la autoestima, dar a conocer al entorno y al estudiante lo que supone en su caso concreto la necesidad educativa especial y otras.


CONCLUSIÓN
Como se indicó anteriormente, el reto de la Orientación con respecto a las Necesidades Educativas Especiales consiste en ser capaz de ofrecer al alumnado la ayuda que necesite, ajustando la intervención educativa a su individualidad.
Asimismo, como se expresa en la misión de la Orientación en el sistema educativo costarricense, ésta consiste en el desarrollo de potencialidades, fortalezas y destrezas del estudiante, con la finalidad de que alcance en cada una de las etapas en que se encuentra, un desarrollo vocacional autónomo y, por ende, una mejor calidad de vida personal y social que se concrete en un proyecto de vida.
Esta misión de la Orientación se dirige a todos los y las estudiantes, incluidos los que tienen necesidades educativas especiales. Por lo tanto, los y las profesionales en Orientación deben buscar los recursos educativos imprescindibles para que todos y todas puedan cubrir sus necesidades y así, planificar y construir un proyecto de vida real y satisfactorio según su individualidad.

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